domingo, 4 de febrero de 2018

Una gala más...

Anoche, viendo la gala, ya estaba pensando yo qué escribiría sobre ella. ¿Qué se puede decir de aquello que es soso, que pasa sin pena ni gloria, que no gusta e incluso que aburre? Ninguno de mis interlocutores de whatsapp la resistió entera. Y es que, este año, nos lo han puesto difícil a los entusiastas del cine español.

De entrada, un “no” para los presentadores. Cierto que yo no soy fan de ellos, pero ya empezaron con un ritmo muy lento, poca chispa y, en mi opinión, poca gracia. Yo eché de menos a Dani Rovira o a Corbacho, que comenzaban la gala con una fuerza y un entusiasmo que marcaba un nivel de predisposición en el espectador importante.

Hasta los estilismos, que siempre son un punto fuerte, flaquearon. Quizás estaba  condicionada ya por la dinámica de la gala, pero no puedo decir que ningún invitado ni invitada me llamara la atención significativamente. Marisa Paredes iba elegante y, de ellas, destacaría a Verónica Sánchez. Para los hombres prefiero el clásico esmoquin; por mencionar a uno de los que vistió como a mí me gusta, discreto a la par que elegante, menciono a Marc Clotet.

Sí me llamó la atención el directo de “Marlango” y la sensual voz de Leonor Watling. Para uno de mis amigos en concreto, sin duda el mejor momento de la gala.

Las películas, interesantes. Yo solo había visto “La llamada”, que aún recibió alguna estatuilla. Mi marido quiere ver “Oro”, pero yo tengo muchas ganas de ver “Handía”, “El autor” y, sobre todo, “La librería”.

¿Qué piensa una después de su enésimo café con una amiga de toda la vida o con una compañera de trabajo? ¿Qué ocurre después de una conversación telefónica cotidiana? ¿Alguien se lamenta porque no ha ocurrido nada trascendental, significativo y determinante que ha cambiado su vida? No. Es un acontecimiento más. Así me sentí yo después de la gala: ha sido una más. La número 32. De hecho, pensé un instante: ¿qué suceso significativo recuerdo yo de mis 32 años? Y se desvaneció el pensamiento antes de encontrarlo.

Sin embargo, sin esa suma de acontecimientos intrascendentes no ocurre ni se llega a valorar lo memorable. Todos los encuentros que se producen día a día con los demás no me cambian radicalmente la vida; todas las conversaciones cotidianas no me producen éxtasis variados de felicidad. Pero no cambio ni uno solo de esos momentos –y, por supuesto, ni una sola de esas personas- por algo extraordinario. Eso mismo pienso de la 32 edición de los Goya: no pasará a la historia de las galas aunque, como ocurre en el día a día con los pequeños sucesos y las palabras cotidianas, las películas que participaron sí pueden protagonizar posteriores momentos de disfrute personal y relación con los demás. ¿Quién no vive ese micromomento de felicidad compartiendo una peli disfrutada? ¿O viendo otra por recomendaciones ajenas y luego contactando con quien la ha recomendado? Yo sí. ¡Ambos! ¡Y mucho!

Pues eso. Una gala que anima a seguir viendo cine. Hecho por hombres o por mujeres, que a mí me da igual. Supongo que los que acudieron al evento, que son los cineastas, tomaron buena nota del lema de la noche, “Más mujeres”: para escribir más personajes femeninos, o nominar más trabajos hechos por nosotras, o equiparar su sueldo con el de ellos. Solo los que están allí pueden hacerlo. Y el detalle del abanico me gustó: cuanto menos, de utilidad.


Para terminar, un cartel. Cuando lo vi, ya me llamó la atención en sí mismo por varios motivos: una amiga lo tiene de foto de perfil, contiene un mensaje maravilloso y, además, me gustaría ser la chica que hace realidad uno de sus sueños: tener una librería.


12 comentarios:

  1. Maria eres un esperit precios, ¿que vols que te diga? M'ha agradat, sobre tot, per la fidelitat, pel respecte, i l'espectativa d'una edicio millor. Yo no vaig vore la gala (gracies a Deu, o vosatres estarieu hui en el tanatori.) Pero com be desveles va ser fluixa, lo cert es que per als bons moments, aquells que no oblides mai, fan falta atres mes sutils. Es com l'amor, no sempre es pot estar de fi de semana en un hotel sense fills i una copa de cava en la ma.

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  2. Totalmente se acuerdo, aunque yo si soy fan de los presentadores, la tierrra tira... pero no estuvieron a la altura, y diré a su favor que no tuvieron tantos minutos en escena como otros presentadores, y que la gala así de sosa y sin actuaciones musicales erc no dependía de ellos, si no de la organización...aunque lo mismo eso fue para bien...no se!! Yo si la vi hasta el final, pero me costo y me dejó mal sabor de boca...como bien dices ni la alfombra despertó mi atención como
    otros años, yo me quedo con Irene Escolar, será amor de tocaya 😉y hoy sólo recuerdo de la gala a Paquita Salas, a la madre del director del mejor documental y que tengo ganas de ir a ver La Librería!!

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    1. ¡Irene! ¡Qué alegría encontrarte por aquí! ¡Y saber que eres fan de la gala! Tu tocaya es que es especial. Me encanta esa chica. Y los presentadores, pues bueno. No quisiera yo estar en el papel de ninguno de ellos... Por cierto, La librería en los Lys y a finales de mes en los D´Or, por si te apetece ;-) ¡Mil gracias por comentar!

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  3. Sin embargo, sin esa suma de acontecimientos intrascendentes no ocurre ni se llega a valorar lo memorable. Todos los encuentros que se producen día a día con los demás no me cambian radicalmente la vida; todas las conversaciones cotidianas no me producen éxtasis variados de felicidad. Pero no cambio ni uno solo de esos momentos –y, por supuesto, ni una sola de esas personas- por algo extraordinario.
    Para enmarcar. Como la foto de despacho. Y no deja de ser, si se mira de cerca, extraordinario. ¿Cómo retener los momenos? Tempus fugit inexorabile, ergo carpe diem. Pequeños momentos y grandes personas. El café de mañana, veinte minutos, promete: un microespacio habitado por grandes.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Jesús. Pues eso: que sigamos compartiendo microespacios de cotidianeidad y felicidad, seamos grandes o pequeños ;-)

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  4. La gala ya te una lluentor intrínseca per l'estora roja, per la presència de les actrius i actors i per tota la parafernalia que rodeja l'acte. També crea l'expectació de saber qui guanya en cada categoria (lo principal).
    Si a més els presentadors estan molt bé, millor. Pero s'ha creat una corrent en un nivell d'exigència en la presentació que no deuria ser per a tant.
    Yo me vaig entretindre.

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    1. Tota la raó del món! I si damunt la compartixes en la gent que vols, què més es pot demanar? ;-)

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  5. Muy de acuerdo con lo dicho, María! La gala no pasará a la historia, todos nos esperábamos más, sobre todo, por la ilusión y las ganas que tenemos depositadas en ella. Destaco el discurso de Marisa Paredes, para mí una leyenda viva del cine español. Escueto, pero con mucha clase. Como todos los años, me quedo con la expectación de los Goya del año que viene y como siempre, ¡viva el cine español! No me cansaré de repetirlo.

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    1. ¡Pablo! ¡Qué ilusión leer tu comentario! A mí también me gustó Marisa Paredes: es una grande de nuestro cine. ¡Y qué bonito compartir afición por el cine español ☺️! Seguiremos comentando pelis y galas, presencial o virtualmente. ¡Gracias por comentar!

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  6. Hola María!

    La gala me pareció un tostón de principio a fin.
    Los presentadores intentando tener gracia sin tenerla.
    Me falta ver Handía para opinar.

    Marisa Paredes...qué grandísima actriz!! y elegante siempre.

    Besets de cine!
    : )

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    1. ¡Carmen! ¡Qué sorpresa y qué alegría! Moltes gràcies per comentar. ¡Nos vemos en Hampstead! ;-)

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