domingo, 26 de enero de 2020

Pinceladas de los Goya


El título de esta entrada se me ha ocurrido esta mañana en el baño, mientras me maquillaba rápidamente, porque tenía poco tiempo y mucha urgencia de puntualidad. Quizás por aquello de usar los pinceles con celeridad para intentar ponerse guapa. Resulta que este año la gala de los premios del cine español me ha coincidido con un acontecimiento denso e importante de dos días, sábado y domingo, que me ha dejado muy llena pero agotada a la vez. Los Goya han sido un paréntesis voluntario este fin de semana, necesario para seguir asentando la tradición de verlos en familia; pero después de tanto escribir estos días, prefiero dar pinceladas de la gala con las palabras, como si pintara un cuadro, a partir de los mensajes enviados y recibidos, de las conversaciones posteriores, de ideas sugerentes que fui anotando anoche para recordarlas hoy… 

(Preparo los pinceles, el agua, la paleta, el lienzo…)
Como siempre, me senté en el sofá motivadísima para ver y disfrutar la gala. Este año, con el previo de una cena sorpresa preparada y servida cuando llegué a casa, apenas una hora antes de que empezara el espectáculo, era fácil que todo fluyera bien.

(Empiezo: tono azul pastel, de fondo, para la música…)
El inicio me gustó: historia del cine cantada y bailada. Estas actuaciones, más comunes en años anteriores que ahora, me parecen un acierto porque nos entretienen a todos y nos introducen de lleno en la dimensión en la que todos queremos entrar esa noche: la ficción. También me gustó el baile de cierre, encabezado por uno de los mejores de la noche, Antonio Banderas. Destaco la versión que hizo Pablo Alborán de “Sobreviviré”, aunque me quedo con la de Manzanita. Y la voz de Amaia: ¡digno homenaje para el Goya de Honor!

(No sigo un orden porque no pretendo hacer hiperrealismo; la intención es más bien llenar un lienzo con las impresiones personales. Cojo otro pincel, el naranja, para los guiones).
Me llamaron la atención algunas frases relacionadas con los guiones y guionistas. En concreto, esta parte del diálogo entre González-Sinde y Bob Pop:
            -¿Qué pasó con esos guiones tan bonitos que escribimos?
            -Yo qué sé, Ángeles; que dejamos que la vida los dirigiera, y míranos…

Uno de los guionistas de “Intemperie” agradeció el premio al guion original de un modo precioso, dirigiendo esta frase tan poética a su familia: “Hacen (los familiares) mucho mejor este territorio que a algunos escritores nos da tanto miedo y que se llama vida real”. Y, en consonancia con el diálogo anterior, destacó la importancia de “contar historias y que no las cuenten otros por nosotros”.

Estas ideas dan mucho de sí, al hilo de pistas para la vida: la importancia de los seres queridos, los sueños rotos, el silencio, la manipulación... Son motivo de largas conversaciones y largas escrituras, pero las dejo aquí y paso a otra escena.

(Para un detalle muy concreto, el verde).
Me gustó la síntesis del concepto de inclusión que se pronunció en el discurso de agradecimiento por el Goya a mejor película europea, "Los miserables": vive y deja vivir. Yo apostillaría: vive y ayuda a vivir. El tema me mueve, pero he de contenerme, que solo estoy dando ligeras pinceladas...

(De nuevo un tema de fondo, volvemos a los tonos claros, con un beige)
Me volvió a impresionar la cantidad de premios que se dan a los profesionales que no conocemos: maquilladores, sonidistas, músicos… No son famosos, pero sí imprescindibles. Y es que una película costará mucho de hacer, entiendo. Pero vale la pena, igual que todo lo que cuesta en esta vida. Todos ellos, tanto los rostros conocidos de la pantalla como las caras invisibles de los que trabajan detrás de la cámara, e incluso antes de ella, cuentan historias que nos ayudan a entender la realidad.

Me impactó en concreto el consejo de uno de los premiados en estas categorías "de fondo". Hablaba de su infancia diferente a la de otros niños de su edad, son una marcada vocación poco común, y dijo: "A los padres de los niños frikis con inquietudes artísticas, apoyadlos y dejadlos soñar, porque los sueños se hacen realidad”. A mí me hizo pensar en tantos niños y niñas que no se sienten atraídos por las aficiones comunes, y a cuyas familias les cuesta encajarlas; muchas veces queriendo hacerlo, no pueden. De nuevo, cambio de color y de pincel.

(Para los personajes, el negro, y pincel de trazo fino; es el momento de marcar y resaltar).
El presidente de la Academia, Mariano Barroso, tuvo un detalle bonito: se acordó de las víctimas del temporal que, simultáneamente, vivían una realidad muy distinta a la del Palacio de Deportes de Málaga. Me alegra que la ficción no haga que olvidemos la realidad.

No me gustó la confrontación que hizo Almodóvar entre el cine de autor y el cine de las plataformas televisivas. Lo admiro como director, me gustan sus películas, pero no me pareció justo menospreciar un tipo de producción que lleva el cine español a la mayoría de los espectadores del país, y que permite que profesionales del sector paguen sus facturas a fin de mes, como cualquier hijo de vecino. Es fácil hablar así desde ese trono cinematográfico donde se sienta el director manchego, pero por desgracia la gran mayoría de los que se dedican a filmar ficción no disfrutan de esa ubicación privilegiada.

Uno de sus oponentes en varias categorías, sin embargo, fue un ejemplo de discreción: Amenábar omitió los elogios que Eduard Fernández le dirigía al leer en su móvil el mensaje que este le envió para agradecer su premio. Discreto a la par que elegante. Me encantas, Alejandro.

(Un detalle personal, de color blanco, que combina con todo)
Mis agradecimientos particulares van para la voz en off, que siempre comenta en su justa medida. Y para los premiados y artistas en general que subieron al escenario: yo esperaba una gala cargada de ataques políticos a los mismos de siempre, pero fue un alivio que disminuyera ese tipo de contenido en los discursos. El cine español es muy buen cine para todos, no solo para los votantes de determinados partidos, creo yo. Esto, como el resto del cuadro, es solo mi opinión.

Con todo, la valoración global es positiva. La gala me resultó algo sosa y precedible, pero como le dije a Pablo anoche, “nosotros somos incondicionales de la gala. No fallamos en verla aunque sea un `truño´”.

Por último, comparto dos enlaces que me llegaron por whatsapp. Agradezco a mi compañera y amiga María los hallazgos, y el compartir momentos espléndidos como este, que hacen más llevaderos los momentos duros que también compartimos.

Para disfrutar de la alfombra roja:

Para conocer el origen de los Goya:

Y un atrevimiento por mi parte: para los que os perdisteis la gala, aquí la tenéis completa (¡si hay algún o alguna valiente que la vea entera,  ha de confesármelo aunque sea en privado, por favor!):



¡OJALÁ NOS VEAMOS EL AÑO QUE VIENE EN VALENCIA!