domingo, 7 de febrero de 2021

Ex libris

Muchos amantes de la lectura, a lo largo de sus viajes literarios, quizá se hayan cruzado alguna vez con un exlibris en su camino. Nos referimos a esas marcas, generalmente en forma de estampación, grabado o etiqueta, que pueden encontrarse en el reverso de la cubierta de algunos libros, o en alguna de las primeras hojas tras las páginas de cortesía del volumen en cuestión, y antes del inicio del bloque de texto principal. Estas ilustraciones, plasmadas a través de diferentes técnicas, existen de desde hace ya varios milenios, aunque su forma ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, llegando a adquirir valor artístico por sí mismas. En ellas, podemos descifrar información adicional sobre el libro en cuestión, sobre la temática del texto y, sobre todo, sobre su propietario: su profesión, su posición social, algunos aspectos de su personalidad, etc. Es por ello que estos exlibris despiertan a menudo la imaginación de los lectores más curiosos, ya que nos invitan a descubrir más sobre la historia de los libros que caen en nuestras manos.

Los exlibris, también ex libris o ex-libris, son marcas de propiedad que podemos encontrar en los reversos de las cubiertas de algunos libros. Su nombre viene dado por la locución latina "ex libris", que quiere decir literalmente "de entre los libros de". Así, esta marca en forma de sello, grabado o estampación, hace referencia a que un volumen concreto pertenece a una biblioteca, bien sea de una persona física o de una institución. En su forma, los exlibris presentan información referente del propietario del libro, así como una ilustración relacionada con él, que puede estar realizada mediante diferentes técnicas y abordar temáticas muy dispares: escudos dinásticos, emblemas gremiales, sellos profesionales, temáticas humorísticas, religiosas, aficiones, rasgos de la personalidad del propietario o de la institución, etc.

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Hace unas semanas encontré esta información en https://vivancoculturadevino.es/blog/2020/03/20/que-son-exlibris/ y ya no seguí leyendo. Me fui directa a la web que me recomendó mi amiga Ana (exlibrisygrabados.com) y repasé, una vez más, todas las propuestas de ex libris que aparecen. La había visitado el año pasado, tras una de nuestras comidas, en la que nos sorprendió con su nueva adquisición: un flamante ex libris. ¡Yo también quería uno! Pero, como tantas otras veces, ahí se quedó el pensamiento, formulado a modo de deseo.

Ahora que ya lo tengo no me explico cómo he tardado tanto tiempo en encargar el mío. Lo cierto es que ha sido uno de mis pequeños sueños desde que sé de su existencia y, quizás por eso, condicionada también por mi momento vital, decidí materializarlo ya, para compensarme de las pesadillas cotidianas -pequeñas también, gracias a Dios- que me está tocando vivir ahora.

Busqué inspiración por el gran universo internauta y, habiendo valorado infinidad de diseños, letras e imágenes, finalmente me decidí, tras leer el texto con el que empiezo esta entrada: este sería mi ex libris.




Me gusta esta mujer. Pertenece a otra época. De cabello largo y vestidura fina pero sencilla, no debe de ser muy alta, puesto que necesita un escabel para sus pies. Con él consigue la distancia idónea para disfrutar del ejemplar que sostiene sobre sus piernas, y así puede centrarse en su lectura. Me gusta su postura inclinada, sus manos delicadas y su piel, que parece tersa y suave; seguro que se la cuida. Por su aspecto es joven, pero ya no es una niña. Ha elegido un buen sitio para leer: hay almohadas a los lados, que la harán estar cómoda. Y un escenario inmejorable: una ventana. Leer con luz natural es un lujo en cualquier época. Yo quiero que sea una ventana redonda, que me encantan. Se ven nubes, montículos y -como elijo yo-, agua; quizás un pequeño lago.


Ella no es como la mayoría. En su entorno es raro que una mujer lea. Quizás debería estar cosiendo, limpiando o cocinando. O, más acorde con su aspecto, podría estar paseando, charlando, eligiendo tejidos para un nuevo vestido. Pero ella ha elegido leer y, por tanto, saber, pensar. Y no cualquier libro, sino uno de esos de gran tamaño, que suelen estar en buenas bibliotecas, y recogen la sabiduría de los autores -varones en su inmensa mayoría- dignos de ser recordados. Quiero pensar: ¿será un ejemplar de su biblioteca? ¿Tan afortunada es esta mujer que posee sus propios libros?


Pues, por todo esto, este es mi ex libris: es esta mujer, que representa un poco de lo que soy y un mucho de lo que me gustaría ser, quien identificará mis libros, los ejemplares -en mi caso, sí- de mi propia biblioteca.

PD: Solo por curiosidad, visitad www.exlibrisygrabados.com/ y deleitaos con sus propuestas. El servicio de atención y venta es exquisito, como sus productos. ¡Y animaos a encargar vuestro ex libris! Tener uno marca un antes y un después en la vida de un gran lector o lectora