jueves, 5 de enero de 2017

Queridos Reyes Magos:


Sé que no dejáis sin regalo a nadie por haberse portado mal (eso es una excusa de los adultos para manejarnos). Pero sí que sé que os gusta que hagamos un pequeño balance de lo que hemos vivido y cómo lo hemos vivido. Dado que trabajáis tanto, os pido que os toméis un ratito tranquilo de descanso para esto que os voy a compartir.

Reconozco que durante este año he hablado más que he hecho. Y por eso he criticado a políticos, eclesiales, funcionarios, sindicalistas... pero no les he propuesto nada para cambiar.
Reconozco que voto en contra de la corrupción de tantas personas en este país, pero le pido al fontanero que me haga la factura sin IVA.
Reconozco que ante el drama de los refugiados me he sumado al 'mannequin challenge' de gobiernos e instituciones, aunque haya puesto mis quejas y reivindicaciones como banda sonora del vídeo.
Reconozco que ante la violencia de género, como nunca me toca cerca, tengo un dolor instantáneo de vídeo de instagram.
Reconozco que los parados me preocupan tanto como permanece en televisión la cifra de desempleados en pantalla.
Reconozco que he criticado la elección de Trump, pero no estoy dispuesto a que los inmigrantes me quiten puestos de trabajo, derechos o 'gasten' los sistemas públicos sin cotizar y aportar nada.
Reconozco que la guerra de Siria se ha alargado tanto que se ha hecho aburrida y apenas llega el clamor del sufrimiento incrementado por el polvo y la ignorancia ajena.
Reconozco que me sorprende la gente que muere ahogada en el Mediterráneo buscando una oportunidad, pero solo contribuí con cinco salvavidas cuando vi a aquel niño ahogado en la playa.
Reconozco que me preocupa la ecología y la defensa de esta nuestra Tierra, pero soy incapaz de dejar el coche y utilizar el metro o llevarme a la compra una bolsa de tela o un carrito.
Reconozco que el mal uso de las tecnologías está castrando la creatividad y el desarrollo de mis hijos, pero no tengo tiempo para perderlo jugando o paseando con ellos.
Reconozco que me incomodan los deberes de la escuela y he firmado por abolirlos: no soporto luchar con mis hijos para que los hagan y llego muy cansado a casa para ayudarles.
Reconozco que el manejo del dinero en el fútbol es un escándalo y un insulto a millones de familias de todo el mundo, pero ¿cómo me voy a perder ese partido?
Reconozco que el alcohol está arruinando la vida muchos adolescentes y jóvenes, pero ¿cómo les vamos a coartar su libertad? ¡Yo también he sido joven y aquí estoy la mar de sano!
Reconozco que he gritado al maestro y a la psicóloga de mi hija, ¡qué sabrán ellos que solo pasan 8 horas al día con ella!
Lo reconozco...

POR ESO OS PIDO:
A Melchor, que viene de Asia le pediría que me dejara un ratito de meditación, espacios de silencio y contemplación y una sana mirada para ver el corazón de las personas y las cosas.
A Gaspar, el europeo, que me devuelva la valentía para comenzar empresas humanizadoras con otros, buscando el bien de todas las personas.
A Baltasar, del continente africano, la capacidad para gozar de la vida, celebrarla, cantarla y bailarla, dejándome llevar por la sinfonía hermosa de una naturaleza amiga y hermana.
Y al cuarto rey mago, que vendría de América, el temple, fortaleza, arrojo, alegría, paciencia, valentía... de las mujeres americanas para sacar en cualquier condición y situación la vida familiar adelante.

Solo eso os pido.