sábado, 31 de diciembre de 2022

Mi primer tarro de gratitud

 Justo hace un año me propuse llenar un tarro de gratitud. Compartí la ilusión aquí en el blog, el último día de 2021. Me inventé unas reglas y, desde el día 1, el tarro empezó a llenarse. Confieso que el propósito duró poco: apenas cuatro meses. El momento de anotar el agradecimiento normalmente al final del día era bonito, pero me vencieron el cansancio, el olvido, el agobio vital y el desánimo. Y ahí quedó el tarro: olvidado en un rincón de mi mesa.


Ayer, tomando café en casa de mi amiga Raquel, me preguntó por el tarro. Le dije que en 2023 ya no iba a llenar uno, porque en 2022 me había cansado. Que quizás hacía otra cosa, otro formato, porque lo que sí necesitaba era ese pequeño momento de toma de conciencia y agradecimiento diarios, a ser posible. 


Esta mañana he abierto el tarro y he releído todo lo escrito. Lo cierto es que ha sido un momentazo: cada frase anotada me ha transportado a un tierno recuerdo de personas y momentos vividos durante el año. Me he emocionado, y eso que mi tarro solo recogía hasta abril, o algo de mayo. Aparecen bastantes personas. Las más cercanas y queridas, por supuesto; algunas muy queridas y menos cotidianas, también. Anoté, además, situaciones que me hicieron bien en 2022 y que viví sola; momentos necesarios que me resetean y me ayudan a avanzar. Todo muy agradable de leer, la verdad.


No he querido guardármelo para mí sola (aun con cierto apuro, ¡esto tenía que compartirlo!) y he decidido escribir a las personas y grupos que aparecen citados -a la mayoría; me he dejado a unos pocos por diversos motivos-. El mensaje ha sido directo y sencillo:


(Nombre), hoy he abierto mi tarro de gratitud de 2022 y estás dentro:


He adjuntado la foto con el mensaje y un sticker con un gran corazón.


Hasta aquí 2022. He vaciado el tarro y estoy preparada para mañana. En 2023 retomaré el propósito y me daré una nueva oportunidad: llenarlo de papelitos que contengan nombres y experiencias que me llenan el corazón. Esas personas, esos momentos, me hacen vivir agradecida a Dios por tantas cosas buenas y me ayudan a crecer en uno de los mejores dones recibidos: el amor.


¡Por un 2023 lleno de personas y momentos para agradecer!





PD: Las respuestas a los mensajitos del tarro van llegando y son todas preciosas. ¡Qué buena manera de terminar el año!


miércoles, 24 de agosto de 2022

Sequía


En los últimos meses varias personas me han preguntado por el blog. Me ha llamado la atención y me ha animado a pensar algo sobre lo que escribir. Cuando me venía esto a la cabeza ("tengo que escribir, tengo que escribir") y pensaba temas, se me asomaba recurrentemente esta idea: "Estás en tiempo de sequía". Da rabia, ¿sabes? Querer hacer algo y no tener ganas; querer hacer algo y no poder; querer hacer algo y que cueste mucho. Es cierto que para contrarrestar esa sensación tenemos un buen remedio, válido para la mayoría de las veces: el empeño. O, en versión creativa, la inspiración, que vendría a ser como una lluvia inesperada para el terreno árido. Sin embargo, en este caso, yo he optado por dos caminos alternativos: la paciencia (conmigo misma, que es con quien más me cuesta) y el cambio de posición: no ser emisora, sino receptora. Leer, escuchar, mirar... en lugar de escribir y hablar. Y, fíjate tú, ¡ha funcionado!: la palabra recibida hace brotar la palabra.


De la lectura de estos últimos meses me han gustado especialmente dos novelas: La hora azul, de Alonso Cueto, y El mentiroso, de Mikel Santiago. El primero lo tenía en la estantería desde Navidades, más o menos, y el segundo ha sido un préstamo de última hora, en los días previos a las vacaciones. Los dos, muy buenos, cada uno en su estilo. Los recomiendo muchísimo, sobre todo el primero: premio Herralde 2005, literatura peruana, prosa impecable, historia sobrecogedora. ¡Leedlo y veréis! El segundo es desengrasante a más no poder. Leyéndolo ávidamente, he querido estar en los escenarios que describe la novela, y no descarto algún viaje fugaz al norte de España para volver a recrearme por allá. ¡Me encantaría! Además, veo una buena serie o peli de esa historia. Tiempo al tiempo, amigos.


De la escucha, me quedo con el último cd que me he comprado (y que no para de sonar en mi coche, desde la adquisición): Omega, de Enrique Morente y Lagartija Nick. ¡Un pelotazo! Fue muy polémico en su momento, pero la combinación de Cohen, Lorca y los susodichos rompió moldes y es sublime. Poneoslo, aunque sea una canción. Podéis elegirla por el título, porque son todos muy sugerentes. ¡Ya me contaréis cuál habéis escogido! 


Del mirar, y siendo fiel a mis devociones, destaco mis programas básicos y necesarios, los que son apuesta segura para mí en cualquier situación, de la 2 (cómo no): Imprescindibles y La matemática del espejo. Por seleccionar algunos de los vistos este mismo verano, me quedo con el Imprescindibles de José Luis Gómez (¡menudo descubrimiento he hecho!) y con la entrevista que Carlos del Amor le hizo a Candela Peña. Me gustó tanto que envié el enlace a varias amigas que quiero que la vean (para comentar, por supuesto, que es lo mejor).  


Después de todo, reconozco que cambiar de perspectiva me ha sentado bien; casi tanto como las vacaciones. La opción de no tomar la voz de vez en cuando no está nada mal. Sentarte y ser espectadora, atenta a lo que otros cuentan, entretiene y enriquece. Dejar que el agua de otras mentes te riegue cuando estás seca, alivia y empapa. ¡Qué maravilla! 


Y quizás, un poco enriquecida y empapada, te conviertas en un pequeño chorrito de agua para cuando otras personas están en temporada de sequía.




Imagen de Pinterest

domingo, 13 de febrero de 2022

La semana de los Goya

 Este año no puedo limitarme a hablar del día de los Goya. ¡Se me queda corto! Por primera vez se ha celebrado este acontecimiento en mi ciudad, Valencia, y necesariamente lo he tenido que dilatar en el tiempo, para que cupieran toda la intensidad, la ilusión y las expectativas que he acumulado durante años esperando vivir este momento. 


Día 1. Lunes 7 de febrero. ¡Que es la semana de los Goya! Propósito del día: no dejar que los agobios del cole y la rutina me impidan vivir al máximo este acontecimiento histórico. Abro whatsapp y propongo un plan para mañana mismo a mis “féminas florales”, que sé que me dirán que sí. ¡Y así es! ¡Ya tengo ganas de que sea mañana!  


Día 2. Martes 8 de febrero. ¡Empieza la ruta de los Goya! Escapada exprés a mediodía para ver la estatua del premio Goya que han puesto en la plaza del Ayuntamiento. Fotos a mogollón, individuales y en grupo. Visita al photocall de los Goya que han puesto en el Ayuntamiento de Valencia (¡qué chulo el Salón de Cristal!). ¡Y seguimos con las fotos! Visita a la exposición que han montado en la plaza con los valencianos que han recibido estatuilla a lo largo de la historia de los premios. ¡Cuánto arte tenemos en esta tierra! Comida rápida y café con glamour. En menos de 2h estamos de vuelta en el cole.


Día 3. Miércoles 9 de febrero. ¡A la filmoteca! María nos consiguió entradas para ver Mediterráneo. Salgo impresionada por la película en general y los actores en particular. Eduard Fernández sublime. Lástima que no ganara el Goya al mejor actor. 


Día 4. Jueves 10 de febrero. Me doy cuenta de que no voy a tener tiempo material para hacer yo sola la ruta de los Goya en Valencia. No llego a visitar las 12 estatuas que el Ayuntamiento ha repartido por la ciudad. Por eso pedí ayuda y este día empiezo a recibir fotos de amigos y conocidos con las estatuas. Una pena no poder compartirlas con vosotros -por todo eso de la protección de datos y la vergüenza de algunos-, porque forman un álbum buenísimo. Mi galería está repleta de estas imágenes. ¡Me encantan! 


Día 5. Viernes 11 de febrero. Hay que concretar planes para mañana. El día es denso y no me da más que para eso. Pero, ya hacia el final de la tarde, tengo claridad sobre cómo aprovechar al máximo el día de los Goya en Valencia.


Día 6. Sábado 12 de febrero. EL DÍA DE LA GALA. ¡Zapato cómodo y a disfrutar del evento! A las 12h, brunch con amigas (no tiene nada que ver con los Goya pero me sirve de puesta a tono por el glamour del lugar y de las chicas). A las 16h, paseo por el río hacia el lugar de la gala. ¡Y menudo lugar! El entorno del Palau de les Arts es precioso. ¡Qué buen escenario para un evento como este! Pero las medidas de seguridad y la cantidad de gente no permiten que podamos acercarnos al photocall de la alfombra roja, así que buscamos una alternativa. A las 17h nos trasladamos a la entrada del hotel Barceló, donde se alojan la mayoría de actores y actrices. Nos encontramos allí con mis amigas “goyescas” y decidimos que nos quedamos a presenciar el previo a la alfombra roja. ¡Y acertamos! Desde las 18h aproximadamente hasta las 20.30h vemos desfilar un sinfín de actores y actrices a 30 cm de nosotras, que por supuesto estamos en primera fila. ¡Un lujazo! Sin duda, lo mejor de la semana. Un momento inolvidable que recordaré para siempre: José Sacristán, Juan Diego Botto, Belén Rueda, Juana Acosta, Carmen Machi, Nieves Álvarez, Ana Milán, Sergi López, Oscar Jaenada, Nawja Nimri, Paco León, Charo López, Álvaro Morte… ¡la lista de los que pasaron por delante de mis ojos es interminable! Lo dicho: momentazo inolvidable. ¡Sueño cumplido!


Y a las 22h en casa, para ver la gala. Me resultó lenta y se me hizo larga. Me faltó presentador, o presentadora, que a mí me da igual. Destaco el discurso de José Sacristán. Mi agradecimiento también a la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas y al Ayuntamiento de Valencia por haber hecho posible que volviera a ser una gala presencial.


Día 7. Domingo 13 de febrero. ¡La entrada en el blog! Aquí está. Para recordar la 36 edición de los Goya, en Valencia. ¡Los Goya de 2022!



                                    En el photocall de los Goya, Ayuntamiento de Valencia.


Exposición en la plaza del Ayuntamiento. Con Berlanga.


Juana Acosta en el previo a la alfombra roja. ¡Espectacular y majísima!