domingo, 21 de noviembre de 2021

La tetralogía del Baztán

Querida amiga:

Hace unos minutos que acabo de cerrar el último libro que me prestaste, La cara norte del corazón, de Dolores Redondo. Te escribo para agradecerte el préstamo y comentar un poquito aunque sea. Cuando nos vemos en el cole las urgencias se imponen y no siempre podemos hablar de cosas tan importantes como una lectura compartida.

La verdad es que los cuatro libros me han entretenido mucho. Los he leído espaciados, no del tirón, siguiendo el orden que me recomendaste. El primero, si no recuerdo mal, en el verano de la pandemia; el segundo (el que más me enganchó), durante el confinamiento familiar; el tercero, unos meses después y ahora, empezado el curso, el último. He de confesarte que no son las mejores novelas negras que he leído, y a veces me han resultado densas; pero ahora que las he terminado tengo que reconocer que ha valido la pena leerlas.

Me han impactado especialmente dos personajes, de todo el elenco: Rosario -la que más, con diferencia- y Samedi. Dos de los malvados de la historia, ya ves. La perversión de Rosario es fascinante: ¿cómo una madre puede odiar así a una hija? ¿Cómo un padre puede permitir y esconder ese odio? El padre, fíjate, me parece miserable; no ha despertado en mí ni un ápice de comprensión. ¡Y qué fuerza tiene Amaia! ¡Qué capacidad de adaptación y de supervivencia! ¿Y Samedi? ¿Quién o qué es Samedi? Lo peor de todo es que estoy convencida de que esas cosas pasan de verdad por aquellos lugares. Me ha sorprendido mucho la descripción de Nueva Orleans (miré el mapa para asegurarme de su localización): no pensaba yo que tenía esas creencias y rasgos culturales tan ancestrales e influidos por el Caribe. ¡Qué distorsionada tenemos la imagen de EEUU!

Ambas historias quedan por cerrar, creo yo. No sé si publicará otra novela que continúe, algún día. Si es así, la leeremos y comentaremos de nuevo, por supuesto.

Por último, una frase. Ya sabes que me gusta señalar las frases que me llaman la atención en los libros. No lo hice en los tres primeros (los leí en papel y los ejemplares eran tuyos), pero sí lo hice en este último, con el que he combinado la lectura en papel y en ebook. Me subrayé en "notas" este consejo que le da Dupree a Amaia:

Mienta si no queda más remedio, mienta para salvar la piel, para proteger la justicia y la verdad, pero prométame que siempre será consciente de que está mintiendo, de cuál es la verdad y de que nunca se mentirá a sí misma.

Es la segunda parte, la de la promesa, la que hizo que detuviera la lectura para pensar. Ser conscientes, tener presente la verdad y no mentirnos a nosotros mismos. Realmente interesante, ¿verdad?

Bueno, de nuevo te doy las gracias por el préstamo y sobre todo por la paciencia que has tenido para que te los devolviera: tus libros han estado en mi casa, ¡casi 2 años! (añádele el emoji de la manita en la frente, que tanto nos gusta a las dos).

Un abrazo y hasta la próxima lectura,

                                                                                                            María


PD: Mañana mismo vuelve el libro a su estantería original. ¡Te lo llevo sin falta!

PD2: Sé que hay pelis de estas historias, pero de momento me quedo con lo leído e imaginado. Si me animo a verlas, ya te diré.




(Las imágenes son de Google. Las he consultado en alguna ocasión durante la lectura 😉)