domingo, 17 de noviembre de 2024

COLABORACIÓN 2: Gracias vida, gracias Lucía

 Este libro no es (solo) un libro. Y no solo porque nos lo susurre Lucía en las líneas de la contraportada, ni siquiera por una estructura aparentemente caótica, que combina textos breves, con manuscritos, citas,  dibujines y fotografías…

“Gracias vida” es en realidad, como las buenas novelas, un viaje. En este caso al insondable abismo de la desolación, con su camino de vuelta y redención final, de la mano, eso sí, de la belleza. Porque “Gracias vida” es, sobre todo, una invitación a pasmarnos juntos ante la belleza del mundo, a saber mirarnos con ternura y a descubrir que no, no somos concha, sino canal llamado a desbordarse.


Gracias Vida, gracias Lucía, por ayudarnos a descubrir los arco iris ocultos que florecen en las esquinas más recónditas de aquel ascensor del Mercadona. Una evidencia más de que la belleza, pues, también nos salva.


Gracias Vida

Lucía Benavente

Ed. Lunwerg


Pepe Montalvá, 17 de noviembre de 2024







domingo, 6 de octubre de 2024

COLABORACIÓN 1: Un año y tres meses

Un año y tres meses.

Luis García Montero. Poesía.

Tusquets editores. 2022


Un año y tres meses es un viaje a la agonía entre albornoces, camillas y sesiones de quimio. Montero nos acerca esta historia de amor, del amor de subida (y de su vida), sin voz impostada. Así, es un placer corretear entre sus versos con ese vaivén terso y suave, fondeando en el puerto de los cuerpos, destripando sentimientos y soledades… Con una poesía plana, sencilla… que no es otra cosa que un canto a la vida… 

Gracias Luis, por esta oportunidad de zambullirnos en esta fiesta del amor (“la muerte -escribes– no es un asunto literario”) y que desborda por esa “lírica de la cotidiano” (que diría nuestro Miki), con esas frases descolgadas en las noches en la clínica, con el recuerdo habitando y deshabitando cuerpos y rincones.

Se barrunta pues esa tristeza suave, como un susurro en la voz del propio Luis, y ese arte del poeta que hace que bucear en cualquiera de sus composiciones sea una experiencia inmersiva en uno mismo, una propuesta para ensanchar tu propio corazón, tu mirada…

“Un año y tres meses” es un ejercicio fantástico (entiéndase) de acompañamiento, una carta declarada de amor, un homenaje póstumo, un guiño torcido a esa experiencia desoladora de quien acompaña la marcha de un ser querido. Sí, Luis, “la muerte es miserable, miserable, miserable”, pero qué testimonio compartido el tuyo, este canto a la vida sin estridencias (“como un temblor de brisa”, que decía la poeta), para acercarnos a este año y tres meses “que ya son, ahora, recordados, los más felices de mi vida”.



Pepe Montalvá, 6 de octubre de 2024







domingo, 1 de septiembre de 2024

Cine de verano: ¡la lista completa!

 Lo prometido es deuda así que, llegado el final del mes, aquí está la clasificación. Hemos visto alguna más, pero no entraba en concurso, por motivos tan prosaicos que no vale la pena contarlos (aunque haya curiosidad). 

En el listado completo omitiré las sinopsis, para no hacer una entrada tan larga. Podéis leerlas en https://www.filmaffinity.com/es/main.html. ¡Allá vamos! Esta vez, en orden inverso, para hacerlo más emocionante:


Con un 5,5:

One ranger, de Jesse V. Johnson (2023). Aprobado justito. Esa noche no estaba inspirado quien eligió. Lo que más curioso me resultó de la peli es aprender qué es un ranger.


Con un 6,25:

Ventajas de viajar en tren, de Aritz Moreno (2019). La única película española de toda la lista (¡qué desastre! Me consuela que, fuera de concurso, he visto algunas más). Es atrevida y extraña. Una de las historias es muy bestia; de hecho, me costó deshacerme mentalmente de algunas escenas, en los días posteriores. Actores y actrices, fantásticos; también me gustó mucho la narración de la historia, pero no la recomendaría, así en abierto. Los amantes del cine español, que valoren si sí o si no.


Con un 6,75:

Serenity, de Steven Knight (2019). Bien. Los actores principales hacen un buen trabajo, pero no terminó de convencerme.


Con un 7:

Bananas, de Woody Allen (1971). Una de las primeras películas de este director. Precursora del humor absurdo de Top secret y compañía. ¡Yo pasé un buen rato y me reí a gusto! Para los muy cafeteros de Woody Allen, sí.


Transsiberian, de Brad Anderson (2008). Sorprendente. Buenos actores y muy buena ambientación. Giros inesperados que mantienen la intriga hasta el final. Se aleja de lo típico.


Con un 7,06:

Pequeños detalles, de John Lee Hancock (2021). Está bien, mejor de lo que esperaba. Entretenida.


Con un 7,25: 

Mascotas 2, de Jonathan del Val y Chris Renaud (2019). La vi a regañadientes, pero un trato es un trato. Está bien hecha y es entretenida. 


Con un 7,5:

Foxcatcher, de Bennett Miller (2014). A pesar de que, de entrada, no hubiera visto esta película, porque la temática deportiva no me atrae, mantiene el interés hasta el final, aunque el tema de la lucha me pilla muy muy lejos.


Sin novedad en el frente, de Edward Berger (2022). Sé que es una buena película, objetivamente hablando, pero el cine bélico, definitivamente, no me va.


Con un 7,9:

Tar, de Todd Field (2022). No había oído buenas opiniones de esta película, pero me pareció interesante. Solo por la interpretación de Cate Blanchett vale la pena. Muy recomendable para los músicos y melómanos -no es que retrate fielmente el mundillo musical pero se le acerca-.


Con un 8:

Extraños en un tren, de Alfred Hitchcock (1951). Hitchcock no defrauda nunca. Volver al cine clásico de vez en cuando te hace caer en la cuenta de que aquellas películas aún tienen mucho que aportar al cine actual y de que este último tiene muchos guiños a muchas pelis de la época dorada. Vale la pena verla.


Con un 8,25:

Dallas Buyer Club de Jean-Marc Vallée (2013). Me sorprendió y me gustó mucho. El protagonista es muy buen actor y se nota. La historia da qué pensar. Gracias a Dios, la época que retrata (los inicios de la transmisión del VIH -está ambientada en el tiempo en que murió Rock Hudson-) quedó atrás.  


Con un 8,5:

A Roma con amor, de Woody Allen (2012). ¡Brutal! Woody Allen en estado puro. Cada vez me gusta más este hombre. Si queréis pasar un buen rato, no os la perdáis. Muy bien hecha, buenos actores y buenas historias, en un escenario increíble: Roma. 


Gran Hotel Budapest, de Wes Anderson (2014). Muy bien hecha. La fotografía es espectacular. La historia es entretenida y algo rocambolesca. Los actores y actrices, muy conocidos y buenos. A mí me gustó.


Con un 8,66: 

El niño con el pijama de rayas, de Mark Herman (2008). La tenía pendiente desde hacía muchos años. No me había animado a verla pero, como la eligió otro miembro de la familia, no hubo más remedio que claudicar. Y me gustó. Hay que verla (y sufrir un poco, pero vale la pena).


Con un 9: 

Mystic river, de Clint Eastwood (2003). Hacía tiempo que no veía una peli tan buena y con tan buenos actores. Las historias que cuenta Clint Eastwood (y su manera de contarlas) me suelen gustar. La recomiendo mucho, si aún no la habéis visto (es muy conocida, ya que consiguió varios premios importantes en 2003).


Her, de Spike Jonze (2013). A mí me impactó. Está muy bien hecha (la estética me encantó) y la temática es terroríficamente actual. No estamos tan lejos de ese futuro que retrata…


La chica del dragón tatuado o Millenium: los hombres que no amaban a las mujeres, de David Fincher (2011). Hay dos películas basadas en este libro. Esta es la segunda. No he leído los libros, pero ver la peli ha hecho que quiera leerlos. Una historia muy dura pero fácil de ver porque está muy bien contada.  


Con un 9,5: 

Coco, de Lee Unkrich y Adrián Molina (2017). ¡Fantástica! Nos encantó a los cuatro y valió mucho la pena verla juntos, para aprender el significado del Día de los muertos en México y recordar que la verdadera muerte es el olvido. Mientras recordamos a nuestros seres queridos, siguen viviendo entre nosotros, aunque ya no estén.


Con un 9,93: 

Cinema paradiso, de Giuseppe Tornatore (1988). ¡La number one del verano! Y no tiene el 10 por el final, aunque es real como la vida misma. Vimos los dos finales que tiene esta peli, primero el oficial y al día siguiente el final del director. Es preciosa de principio a fin y en todo merece un 10. Mención especial a la banda sonora y a su compositor, Ennio Morricone.


En total, 20 películas; 20 noches que, dos, tres o cuatro, nos hemos juntado para compartir un buen rato. Esa ha sido la mejor parte, sin duda. Y la de comentar y contrastar impresiones y gustos (aunque somos pocos, los tenemos muy dispares y variados).


To be continued…




miércoles, 14 de agosto de 2024

CINE DE VERANO: primera quincena

 Un verano más estamos dedicando las noches de vacaciones (aquellas en las que podemos coincidir en casa al menos dos en el papel de espectadores) a ver pelis en familia. Llevamos medio mes de agosto y unas pocas más de 10 vistas. Una buena racha, teniendo en cuenta las noches que salimos unos u otros, o todos. El procedimiento es muy sencillo: cada noche elige uno. Y, como novedad, este año estamos votando la película nada más terminarla, para que no se nos olvide cuánto nos ha gustado -el año pasado lo hicimos al final pero, para rigurosas como yo, no es lo mismo-. 


Como casi todas las personas que conozco, vemos las películas desde plataformas televisivas. Cuando elijo yo, este verano aplico el siguiente criterio: selecciono una entre las que están a punto de eliminar, ya que pronto no tendré oportunidad de ver esa película en ese formato tan cómodo (¡que es un auténtico lujo, aunque hoy nos parezca lo normal!). Yo soy la encargada de anotarlas, por orden cronológico de visionado, con la puntuación media de cada una (para una adicta a las listas es un auténtico placer, jeje). 


Al final del mes haremos la lista de pelis, de más valoradas a menos, pero he decidido ir haciéndome una idea y me detengo a mitad del camino para saber cómo va la clasificación familiar. 


Aquí tenemos el ranking del medio mes (bueno, de las 10 primeras películas vistas), por orden de puntuación. Las sinopsis son de https://www.filmaffinity.com/es/main.html:


Con un 9: 

Mystic river, de Clint Eastwood (2003). Cuando Jimmy Markum (Sean Penn), Dave Boyle (Tim Robbins) y Sean Devine (Kevin Bacon) eran unos niños que crecían juntos en un peligroso barrio obrero de Boston, pasaban los días jugando al hockey en la calle. Pero, un día, a Dave le ocurrió algo que marcó para siempre su vida y la de sus amigos. Veinticinco años más tarde, otra tragedia los vuelve a unir: el asesinato de Katie (Emmy Rossum), la hija de 19 años de Jimmy. A Sean, que es policía, le asignan el caso; pero también tiene que estar muy pendiente de Jimmy porque, en su desesperación, está intentando tomarse la justicia por su mano.

Hacía tiempo que no veía una peli tan buena y con tan buenos actores. Las historias que cuenta Clint Eastwood (y su manera de contarlas) me suelen gustar. La recomiendo mucho, si aún no la habéis visto (es muy conocida, ya que consiguió varios premios importantes en 2003).


Con un 8,66: 

El niño con el pijama de rayas, de Mark Herman (2008). Berlín, 1942. Bruno (Asa Butterfield) tiene ocho años y desconoce el significado de la Solución Final y del Holocausto. No es consciente de las pavorosas crueldades que su país, en plena guerra mundial, está infligiendo a los pueblos de Europa. Todo lo que sabe es que su padre -recién nombrado comandante de un campo de concentración- ha ascendido en el escalafón, y que ha pasado de vivir en una confortable casa de Berlín a una zona aislada. Todo cambia cuando conoce a Shmuel, un niño judío que vive una extraña existencia paralela al otro lado de la alambrada. 

La tenía pendiente desde hacía muchos años. No me había animado a verla pero, como la eligió otro miembro de la familia, no hubo más remedio que claudicar. Y me gustó. Hay que verla (y sufrir un poco, pero vale la pena).


Con un 8,5:

A Roma con amor, de Woody Allen (2012). Cuatro historias independientes con un escenario común: la ciudad de Roma. En la primera, un matrimonio americano (Woody Allen y Judy Davis) viaja a Italia para conocer a la familia del prometido de su hija (Alison Pill). En la segunda, un italiano (Roberto Benigni) se hace famoso sin motivo de la noche a la mañana. En la tercera, un arquitecto californiano (Alec Baldwin) visita Roma con sus amigos donde conoce a un estudiante (Jesse Eisenberg) y, en la cuarta, una recién casada (Alessandra Mastronardi) se pierde en la capital italiana, a la que ha ido a visitar a los familiares de su marido (Alessandro Tiberi). 

¡Brutal! Woody Allen en estado puro. Cada vez me gusta más este hombre. Si queréis pasar un buen rato, no os la perdáis. Muy bien hecha, buenos actores y buenas historias, en un escenario increíble: Roma. 


Con un 7,9:

Tar, de Todd Field (2022). La mundialmente famosa Lydia Tár está a solo unos días de afrontar el mayor reto de su carrera profesional: grabar la sinfonía que la llevará a las alturas de su ya formidable carrera. Pero su vida personal y sus decisiones van a ir interfiriendo en su carrera musical con consecuencias imprevisibles.

No había oído buenas opiniones de esta película, pero me pareció interesante. Solo por la interpretación de Cate Blanchett vale la pena. Muy recomendable para los músicos y melómanos -no es que retrate fielmente el mundillo musical pero se le acerca-.


Con un 7,5:

Foxcatcher, de Bennett Miller (2014). Cuando Mark Schultz (Channing Tatum), medallista de oro olímpico, es invitado por el rico heredero John du Pont (Steve Carell) a su magnífica mansión para ayudarle a crear un campo de entrenamiento de alto nivel en el que preparar a un equipo para los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988, Schultz dice que sí inmediatamente. La razón es que allí espera poder concentrarse en los entrenamientos y evitar así que su hermano Dave (Mark Ruffalo) lo adelante siempre.

A pesar de que, de entrada, no hubiera visto esta película, porque la temática deportiva no me atrae, mantiene el interés hasta el final, aunque el tema de la lucha me pilla muy muy lejos.


Con un 7,06:

Pequeños detalles, de John Lee Hancock (2021). Un sheriff (Washington) de un condado regresa a Los Ángeles donde comienza a colaborar con un detective de homicidios (Malek) para dar caza juntos a un astuto asesino en serie que mata siempre con el mismo 'modus operandi' a chicas jóvenes.

Está bien, mejor de lo que esperaba. Entretenida.


Con un 7:

Bananas, de Woody Allen (1971). Fielding Mellish (Woody Allen) es un torpe y tímido catador de productos que, abandonado por su novia, la sensual y atractiva Nancy, decide cogerse unas vacaciones y pasarlas en la pequeña República de San Marcos. Pero lo único que consigue es verse envuelto en un sinfín de líos burocráticos en un país dominado por la guerrilla. Todo se complica aún más cuando, después de la conquista del poder por los guerrilleros, su líder se vuelve completamente loco.

Una de las primeras películas de este director. Precursora del humor absurdo de Top secret y compañía. ¡Yo pasé un buen rato y me reí a gusto! Para los muy cafeteros de Woody Allen, sí.

Transsiberian, de Brad Anderson (2008). Tras una temporada en Pekín, Roy y Jessie deciden viajar a Moscú en el Transiberiano, el ferrocarril que une la Rusia europea con las provincias rusas del Lejano Oriente. Aunque la gente que viaja en el gigantesco y sombrío tren es bastante extraña, la pareja no tarda en entablar relación con sus compañeros de compartimiento, Carlos y Abby, y con el inspector Grinko, que investiga el asesinato de un narcotraficante.

Sorprendente. Buenos actores y muy buena ambientación. Giros inesperados que mantienen la intriga hasta el final. Se aleja de lo típico.


Con un 6,75:

Serenity, de Steven Knight (2019). El misterioso pasado de Baker Dill (Matthew McConaughey), un capitán de un barco pesquero que vive en una pequeña isla del Caribe, vuelve para atormentarle, atrapándolo en una nueva realidad que podría no ser lo que parece. Su vida tranquila desaparece cuando aparece su ex mujer Karen (Anne Hathaway) pidiéndole ayuda para ella y su hijo en común. 

Bien. Los actores principales hacen un buen trabajo, pero no terminó de convencerme.


Con un 6,25:

Ventajas de viajar en tren, de Aritz Moreno (2019). Helga, editora en horas bajas, acaba de internar a su marido en un psiquiátrico. En el tren de vuelta, un desconocido se le presenta como Ángel Sanagustín, psiquiatra que trabaja en la misma clínica investigando trastornos de personalidad a través de los escritos de los pacientes. Durante el trayecto, Ángel le cuenta a Helga la historia de Martín Urales de Úbeda, un enfermo paranoico extremadamente peligroso obsesionado, entre otras cosas, con la basura. 

La única película española de toda la lista (¡qué desastre!). Es atrevida y extraña. Una de las historias es muy bestia; de hecho, me costó deshacerme mentalmente de algunas escenas, en los días posteriores. Actores y actrices, fantásticos; también me gustó mucho la narración de la historia, pero no la recomendaría, así en abierto. Los amantes del cine español, que valoren si sí o si no.


¡Y hasta aquí! Continuaremos disfrutando historias las noches que nos quedan (y en las que coincidamos, al menos, dos en casa). Espero poder publicar a finales de mes la clasificación completa. ¡Y leer la vuestra, si alguno/a la hace!





PD: Si habéis visto alguna de estas pelis -u os animáis a verla- y os apetece dejar vuestros comentarios aquí en el blog, me hará mucha ilusión leeros y contestaros.


domingo, 11 de febrero de 2024

Detalles de los Goya

Anoche me senté directamente a ver la gala. Por voluntad propia me perdí la alfombra roja (¡estaba leyendo a Sara Mesa y no quería parar!), aunque me iban llegando comentarios por whatsapp. Sí vi algunas intervenciones cortas con los nominados, durante el telediario previo al evento. Y a las 22.04 h empezó la esperada gala. Tenía preparado Goodnotes para anotar las cosas que me fueran llamando la atención y que comparto aquí, por temas, no por orden ni por prioridad, a modo de retazos de la 38ª gala del cine español. Así que, ¡ahí van mis detalles de los Goya!


Escenas:

1. El inicio siempre es decisivo: los Javis en pijama, imaginando su gala soñada. Ana Belén con un vestido de fiesta. Se rompen los pijamas y todo empieza a fluir.

2. La foto de los Goyas pendientes. La osadía de los Javis me gustó. Salir al pasillo de una  sala ambientada en el triunfo y el glamour y reconocer ante toda España que aún no has recibido el premio es de ser valientes. Pedirle a ‘la Coixet’ -la mujer con más Goyas del cine español- que hiciera la foto, fue la guinda. Estos detalles hubieran sido impensables hace años. Solo con el atrevimiento y la frescura de alguien como ellos ha podido tener lugar una escena así en un evento como este. ¡Ojalá se repita esta naturalidad más veces!

3. El agradecimiento de Sigourney Weaver a su dobladora en español. ¡Qué grande! No nos damos cuenta pero, sin los dobladores (y los traductores, en el caso de la literatura), el arte no nos llegaría de la misma manera. Ellos y ellas son los que actúan de mediadores entre la obra y nosotros; nos la pueden acercar o alejar; la pueden encumbrar o arruinar. No lo perdamos de vista. Me pareció un acto de reconocimiento y humildad hacerle llegar su agradecimiento, con nombres y apellidos.

4. El diálogo de amantes (Pedro Almodóvar dixit). Me gustó la escena de intimidad simulada y me encantó cómo la tituló el director manchego. Ojalá los amantes cuidemos esos momentos, por muchos años de amor que pasen.


Números musicales:

1. Amaia al piano -fantástica- y Bisbal con todo su rollazo animando el cotarro. ¡Buen arranque musical! (se comentaba en mi whatsapp, a varias bandas).

2. El Se acabó, de María Jiménez, cantado por Niña Pastori, María José Llergo e India Martínez. ¡Muy guay! Y a tono con una de las reivindicaciones de la noche, sobre los abusos en el cine.

3. El homenaje a Concha Velasco: Ana Belén y los Javis cantando la de Mamá, quiero ser artista y La chica yeyé. ¡Sublime Ana Belén!


Reivindicaciones:

1. Más diversidad racial en el cine español. Me quedo con esta solo, aunque hubo más. Me pareció novedosa y, viendo la realidad de las aulas (que es mi realidad más cercana y cotidiana), me pareció necesaria.


Estilismos:

1. Daniel Muriel, el actor que entregó el Goya a mejor maquillaje y peluquería: ¡me encantó su traje de terciopelo azul! (este tejido y color lo llevaban varios asistentes, pero él iba al completo). 

2. Aitana Sánchez-Gijón: guapísima de rojo. Un vestido elegante con el punto justo de exageración. Es de los vestidos que me gustaría ponerme si me invitaran a la gala algún día.


Frases (lo que más me gusta anotar):

1. Isabel Coixet confesó a Carlos Del Amor que llevaba en el bolso una botellita de agua y unas mini magdalenas que había cogido del hotel. “Que esto es muy largo y aquí no te dan nada”. Me encantó el comentario: desmitificó la gala con unas pocas palabras. ¡Cuánta falta nos hacen las desmitificaciones a los que creemos que las otras vidas y las otras realidades siempre son mejores que las nuestras!

2. Lara Síscar, presentadora de los telediarios de los fines de semana -conectada con los Goya durante las noticias- animó a disfrutar del esfuerzo y la calidad del cine español todo el año, no solo una noche. Y así debería ser: si nuestro apoyo fuera continuo, otro gallo cantaría.

3. José Coronado, agradeciendo el Goya al mejor actor de reparto dijo: El premio es gasolina para seguir trabajando con humildad y sin quejarse de nada. Me gustó lo de trabajar con humildad y huir de la queja; trabajar dando lo mejor de uno mismo e intentado ver lo positivo. Así es todo más fácil.

4. Subir la montaña cuesta, pero la vista es mucho más bonita desde arriba. La dijo un galardonado, citando a un profesor o profesora. ¡Cuánto recuerdan los alumnos las palabras de sus maestros! Que todas las que digamos sean para bien.

5. Las películas forman parte del patrimonio cultural de este país. La dijo José Sacristán y me hizo caer en la cuenta de esto: no lo había pensado antes, ya ves.

6. El cine es un reflejo de la sociedad en que vivimos. Nos ayuda a comprender otras realidades. Y -añado yo- también nos ayuda a comprender nuestra realidad. Por eso no entiendo a quienes, por sistema, se niegan a ver cine español. 


Películas aniversario (en la gala se habló de estas dos):

1. 10 años del estreno de Ocho apellidos vascos. Recordé perfectamente el día en que la vi: el último día del curso 2013-2014, en el sofá de casa, con mi marido, saturada y agotada. ¡Menuda terapia de humor y risas! 

2. 25 años de Todo sobre mi madre. La vi por primera vez (esta la he visto en varias ocasiones) con mi madre en un cine de reestreno -al que yo iba mucho… snif snif…-. Es la única vez que hemos ido mi madre y yo solas al cine. Fue un momento especial que recuerdo con mucho cariño.


Y, por último, los compañeros de la noche:

1. Me escribieron varios amigos y conocidos, por aquello de que soy fan declarada de los Goya. ¡Sus mensajes me siguen sorprendiendo y me alegran año a año!

2. Mi grupo “Los Goya!”, dándolo todo por whatsapp, hasta el final (con alguna cabezadita durante la gala, también mía). Con ellas las risas y el despropósito cómico está asegurado.

3. Mi grupo “El Goya Paquita”, con quienes igual monto una alfombra roja improvisada que una velada con papeletas electorales recicladas. Versátiles a más no poder.

4. Mi familia, que me acompañó poco esta vez. Apenas un ratito a mi lado en el sofá pero sin hacer mucho caso a la gala. ¡Mal vamos en casa! 


Hasta aquí este año. El que viene, más. Y, encima, en Granada. ¡La cosa promete! Me gusta que la gala vaya viajando por España. Así es un poquito más de todos.


¡Nos vemos en la pantalla, de los cines o de casa, la que queráis!


                                                                 Aitana Sánchez-Gijón



Daniel Muriel



El ganador de la noche